Nosotros, los signatarios de esta declaración conjunta, presentamos la siguiente posición en apoyo de los Fondos de Inversión en el Clima (CIF) e instamos encarecidamente a que cuente con los recursos adecuados para ayudar a nuestros gobiernos a cumplir con nuestras ambiciones en desarrollo sostenible y contribuciones determinadas a nivel nacional.
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El último informe del IPCC ha proporcionado el análisis más reciente y aleccionador que demuestra que las consecuencias climáticas de un mundo de 2°C son mucho mayores que las de 1.5 ° C, y que no estamos en el camino hacia ninguno de los dos. Incluso con el cumplimiento total de los compromisos actuales adquiridos en virtud del Acuerdo de París, el mundo todavía está en el camino de alcanzar un aumento de temperatura de 3°C para finales de siglo. Esta trayectoria climática afecta de manera desproporcionada a nuestras naciones, amenazando con provocar que 140 millones de personas sean migrantes en el año 2050 y empujando a más de 100 millones de personas de nuevo a la pobreza en el año 2030.
Para evitar estas crisis, es necesario garantizar que se inviertan miles de millones de dólares en un futuro resiliente y con bajas emisiones de carbono, pero las fuentes actuales de financiación permanecen muy alejadas de lo que se precisa.
Sin embargo, se está produciendo un cambio positivo y, gracias a los esfuerzos concertados de los gobiernos, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales, los Bancos Multilaterales de Desarrollo y los fondos multilaterales para la lucha contra el cambio climático durante los últimos diez años, la financiación para el clima ha ayudado a estimular la acción climática transformadora en nuestros países. Una financiación climática con objetivos específicos ha disminuido el coste de capital y los riesgos de inversión en sectores clave y ha impulsado importantes flujos de inversión hacia nuestros sectores de energía limpia, resiliencia climática y gestión forestal sostenible.
Los recursos críticos de los Fondos de Inversión en el Clima, facilitados a través de su modelo de negocio único, han sido fundamentales en este esfuerzo para impulsar la inversión a escala en soluciones climáticas y catalizar el cambio transformador en instituciones, mercados, sectores y comunidades.
A enero de 2019, trescientos proyectos en 72 países CIF están conduciendo a la generación de 26.5 GW de energía limpia, a que 8.5 millones de personas accedan a mejores formas de energía, a que cada año se ahorren más de 10,000 GWh, a que se mejore la gestión de 36 millones de hectáreas de bosques, y a que 45 millones de personas estén mejor equipadas para hacer frente a los efectos del cambio climático gracias a los CIF y sus socios.
Nuestra opinión es que debemos aprovechar estos resultados significativos y mantener el probado modelo de negocio de los CIF como un componente clave de la arquitectura de la financiación para el clima en el futuro. También afirmamos que la arquitectura debe optimizarse para aprovechar la ventaja comparativa de cada uno de los fondos multilaterales para el clima, incluido el Fondo Verde para el Clima, para maximizar la complementariedad y el impacto de la financiación para el clima en nuestros países.
Haciendo eco de los llamamientos similares hechos por el Grupo Intergubernamental de los Veinticuatro sobre Asuntos Monetarios Internacionales y Desarrollo en abril de 2016, abril de 2017 y octubre de 2017, instamos encarecidamente a que los CIF cuenten con los recursos adecuados a la luz del papel vital que han desempeñado, y continúan desempeñando, ayudando a garantizar la seguridad y la prosperidad duradera de nuestros pueblos en un mundo en pleno cambio climático.
Signatories: 44 (as of May 16, 2019)